Satisfecha, perversa, con ganas.

 

N. presenta un instante de P-Laco.

Dedicado a B.

 

Deja que la envidia la pudra. Observa mientras el veneno carcome su desgastado ser.

Entre sus vulgares letras el rencor; condena dantesca. En cada palabra el suplicio del resentimiento. En sus silencios la envidia; suplicio neciamente prolongado.

A causa de ella –la envidia- pasará de esperpento a vil carroña.

Y tú, ¡ríe de su metamorfosis! Ríe satisfecha, perversa, con ganas.

Lichtenberg regresa al no-blog

N. presenta más aforismos de G.C. Licthenberg. Oferta vigente hasta el 24 de febrero, aniversario luctuoso del autor. =)

 

“Quien se conoce bien a sí mismo tarda muy poco en conocer a todos los demás hombres. Todo es reflejo”.

“Han entrado en el panteón familiar de mis pecados juveniles. Panteón familiar de libros malos, etcétera”.

Doceavo Aforismo

N. presenta un aforismo de Igui

 

Sostener que el arte ha muerto es equiparar muerte a pedantería e inacción.

No te sigue

 

N. presenta un nuevo cuento de BaNG

 

No entiendes esa obsesión. Esa neurótica compulsión por saber, estar siempre sincronizados… tic toc tic toc...

Como el legendario capitán del gancho en la mano, no los abandona el ruido del reloj. Respiran, hablan, beben y lo miran.

Despliegas tu manga en busca de tu reloj. Encuentras sólo una fina capa de vello resaltando sobre tu piel.

Calculas la hora y te das cuenta que quizás llegarás tarde. ¿Qué más da si cada segundo que pasaste ha sido grato?

Ah, pero ellos… tic toc tic toc… no entenderán. Envueltos en la compulsión te verán entrar, mirarán su muñeca y te amonestarán por los agonizantes minutos que pasaron, respirando en silencio, esperando tu llegada.

Miras frente a ti y un hombre mira su muñeca, sus ojos parecen saltar de sus órbitas, frunce el ceño,; apura el paso. Te ríes. No te sigue el tic toc tic toc.

Llegas.

Lichtenberg describe al troll sofisticado

 

“La forma más bella de la ironía es defender una causa totalmente indefendible con argumentos cargados de amargura satírica, citando y comentando a menudo pasajes diversos”.

Güelcom

 

hermano

güelcom

tu da

circo

 

bienvenido

                al circo 

                atado

                de manos

 

el frik chow

lejos lo ves

tras barra

        vitrina

        red

      

 

¡si tocas lo pagas!

mira mira

                    nomás

no toques

no toques

que cuesta caro tocar

 

 

observa

a la mujer con barba

detrás de su reja

mientras tu cuerpo

produce progesterona

y poco vello

muestra al mundo tu piel

 

asómbrate

del traga fuegos

y saborea

las palomitas

que osas tragar

 

 

el frik chow

lejos lo ves

tras barra

        vitrina

        red

 

 

¡si tocas lo pagas!

mira mira

                    nomás

no toques

no toques

que cuesta caro tocar

 

 

güelcom

to da frik chow

güelcom

                tu da circo

 

güelcom señorita

güelcom siñor  

tocar cuesta caro

                no olvide

                atarse las manos

N. piensa en Lichtenberg

 

El año pasado se cumplieron docientos años de la muerte de Georg Christoph Lichtenberg , físico y pensador. N. escasamente lo había leído, pues el tiempo no da para leer todo lo que uno quiere cuando uno quiere. Sin embargo, N. se encontró con tiempo y el primer libro que tomó fue la compilación de los aforismos de Lichtenberg.

N. no ha leído a Nietzche, pero se dice que éste gran filósofo pensaba que Lichtenberg era de los pocos autores alemanes que valía la pena leerse. N. está de acuerdo, así que les dejará algunos pensamientos y aforismos escritos por el autor para que juzguen ustedes mismos.

Lichtenberg murió el 24 de febrero de 1799, debido a la impresión que leerlo le ha causado a N. y a manera de agradecimiento al autor, N. transcribirá algunos aforismos de aquí al día del 201 aniversario luctuoso del autor.

Como aperitivo, N. les dejará dos.

“Muchas cosas de nuestro cuerpo no nos parecerían tan puercas e indecentes si no tuviéramos tan anclada en nuestra mente la idea de nobleza”.

Me dije a mí mismo: ‘Es imposible que yo crea esto’, y al decirlo observé que ya era la segunda vez que lo creía”.

Onceavo Aforismo

N. presenta un aforismo de Igui.


Cambia más el ojo del que observa que lo que éste ha observado.